miércoles, 23 de marzo de 2011

“EL PODER QUE DA UN CARGO DE SEGURIDAD PÚBLICA”

El General Carlos Bibiano Villa Castillo, ex responsable de la seguridad pública en Torreón, Coahuila y ahora encargado de la seguridad pública de Quintana Roo, dio una entrevista a la periodista Sanjuana Martínez en la cual aparecieron declaraciones extremadamente fuertes.
Muchas de las ésta se refieren a los métodos que el utiliza para “combatir a los Zetas o Chapos”, estas fueron algunas de sus declaraciones:
Me gusta la adrenalina. Venir a patrullar. Cuando agarro a un Zeta o Chapo lo mató. ¿Para qué interrogarlo? Que le vaya a decir a San Pedro lo que hizo. El Ejército tiene seguridad e inteligencia, no necesita información. El día que ellos me agarren a mí no me van a agarrar a besos, ¿verdad? Me van a hacer pedazos, ¿y qué? A eso estoy expuesto. El día que me toque, allí nos amarramos y punto”.
“El cabrón que no quiera trabajar, a chingar a su madre. Punto. Aquí se paga bien (8 mil pesos). Logramos tres objetivos: darle casa a cada policía, seguros médicos mayores y un seguro de vida de 700 mil pesos. De modo que el que quiera cobrar el seguro de vida, pos que se muera”.
“El problema es que matamos unos y salen más, levantamos otra piedra y salen más...civiles han muerto muy pocos. Nosotros siempre tiramos a matar al narcotraficante, nunca al civil. En cuanto ellos ven que empieza la balacera, corren y todos pecho a tierra y a cuidarse”.
Por supuesto que es preocupante la filosofía de vida de este “guardián de la seguridad pública”. Si es así como actúan en México quienes deberían protegernos, ¿qué podemos esperar de los cárteles? ¿Cuándo acabaremos con la inseguridad?
Del mismo modo, podemos percibir la indignación de la periodista que consiguió la entrevista. Este es un fragmento de lo que dialogaron después de las anteriores declaraciones:
“El otro día nos tocó ir a matar allí a seis cabrones y los matamos. ¿Cuál es el problema?
–¿Y eran Zetas o Chapos?
Zetas.
–¿Cómo sabe? no los interroga, ni habla con ellos...
–Lo supimos porque nos habían robado unas armas, y allí las localizamos.
–Hay leyes, general. Usted decide quién debe morir o vivir... ¿no cree que eso lo decida Dios?
–Pues sí, pero hay que darle una ayudadita.
–Si se le acerca uno de esos para hablar...
–Allí mismo lo mato. Yo me lo chingo.
– ¿Mata, luego averigua?
–Así debe ser. Es un código de honor.”
El General Villas tiene su propio código para combatir a los narcotraficantes la pregunta es: ¿sirvió de algo su método mientras estuvo de encargado en Torreón? Estadísticamente en sus 18 meses en el cargo en este estado aumentaron los robos, homicidios y delitos en general, los habitantes lejos de tener una mejor calidad de vida, vivían con el temor constante del aumento del crimen organizado.
La periodista Carmen Aristegui le dio (a Villa Castillo), derecho de réplica a todo lo que se desató con sus declaraciones, quien con cada palabra se contradecía más y más hasta el punto de decir que los Derechos Humanos lo respaldan. Pero es más bien indignante que quien actuó tan inhumanamente, se atreviera después a resguardarse en los Derechos Humanos, en lo único que no respetó mientras mataba usando sus facultades como General, pero sin siquiera interrogar a los acusados.
Él mismo lo dijo, sin pensar solo mató y mató y mató sin ningún remordimiento. Esto es un crimen, las acciones que está tomando son primitivas y lo que más miedo da es que probablemente en todo el país haya personas con falta de moral para realizar su trabajo y vallan por la vida matando gente sin recibir un castigo.
Ahora nos toca al resto de los ciudadanos hacernos la gran pregunta: ¿qué haremos para frenar este tipo de actos? ¿Nos quedaremos con los brazos cruzados como hasta ahora? ¿O levantaremos la voz y pondremos nuestro granito de arena para mejorar la situación general de nuestro país?

                              por Mónica Miguel Nájera y Claudia Ivette Angelino Suárez.

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